Despertamos tarde al siguiente
día, cerca de las 3 de la tarde, debido a que nos quedamos platicando y jugando
videojuegos hasta las cuatro de la madrugada, bajamos todos a desayunar, mejor
dicho a comer, me despedí poco después de la comida.
-Bueno
Alberto, espero no terminen mal tus planes-dijo Sonia.
-Esperemos-respondí
mientras me subía a la camioneta-Es cuestión de tiempo.
-Y
también depende de ti-agregó-No lo arruines todo lobito.
-Nos
vemos.
Saqué la camioneta de su cochera
y tomé rumbo al centro, pensaba pasar a comprar unas cuantas baquetas antes de
regresar a casa para ponerme a practicar para reunime con The Anonimus otra
vez.
Después de haber comprado las
baquetas, tomé un rodeo por una calle aledaña al parque central y escuche algo,
era una de nuestras canciones, estacioné la camioneta cerca del lugar y me puse
a buscar de donde provenía la música, luego de un rato dando vueltas por las
calles, me topé con la fuente. Afuera de un edificio había una pequeña fila en
la puerta de entrada donde estaba pegada una hoja con el letrero de “Audiciones
de bateristas para sustituir al original de ‘The Anonimus’ HOY”, me asomé un
poco por la puerta y vi a mis amigos tratando de tocar “Try To Stay & Say”,
pero el baterista nuevo no entraba completamente a tiempo, o se adelantaba o se
atrasaba mucho.
-Esteeeee-empezó
a decir Hugo el tecladista y vocalista-Ya estuvo, mejor que pase el siguiente.
El baterista salió con cara de
pocos amigos y paso refunfuñando a mi lado, el siguiente en la fila entró al
edificio y tomo lugar tras la batería,
Oscar, el guitarrista, comenzó a decirle
algunas de nuestras canciones hasta que el muchacho eligió una, entonces se me
ocurrió una idea: me disfrazaría y presentaría como un aspirante al puesto de
baterista sustituto, sería una forma divertida de reaparecerme entre mis viejos
amigos y tomar de nuevo mi lugar en la banda.
Regresé rápidamente al centro de
la ciudad y compré una gorra roja, una sudadera azul y unos lentes obscuros,
todo de manera que se cubriera mi rostro para que no me reconocieran, cuando
estuve satisfecho con el disfraz me dirigí de nuevo al edificio, antes de
entrar pensé que sería buena idea sacar los platillos para que pudiese tocar
como solía hacerlo, así que saque el porta platillos de la camioneta y tomé un
lugar en la fila, mientras esperaba escuchaba distintas de nuestras viejas
canciones y algunos de los “covers” que solíamos tocar, poco a poco la fila fue
avanzando, los chicos, y una que otra chica, que salían tenían caras de enojo y
otros salían contentos, al parecer mis amigos estaban estrictos para poder
sustituirme, llegó mi turno, saque mis platillos y los dispuse alrededor de la
batería, que era muy parecida a la mía. Isaac, el bajista me pregunto:
-Bien
chavo ¿Cuál rola vas a querer tocar?
-La
que se les antoje-respondí cambiando mi tono de voz.
-Ja
ja ja-río Oscar-Tienes actitud, eso me agrada.
-Órale
pues-dijo Hugo-Vamos a tocar “Maybe Not”, a ver si te sale.
Marqué los cuatro tiempos para
entrar, Oscar y Hugo comenzaron a tocar sus instrumentos en la introducción de
la canción, mientras tanto Isaac y yo esperábamos para entrar en el siguiente
tiempo, empezamos y de inmediato se sintió la vieja conexión que teníamos al
momento de tocar, Oscar e Isaac comenzaron a improvisar en los solos, yo los
acompañaba igual que en los viejos tiempos e incluso me animaba a introducir
nuevos remates y toques con los toms, terminábamos la canción cuando empecé con
un cover de Rooney que habíamos dejado inconcluso antes de separarnos. Las
caras de sorpresa de mis amigos se convirtieron en una carcajada y seguimos
hasta concluir el cover de “I’m A Terrible Person”
Al terminar, me quité el disfraz
y mis amigos se acercaron para saludarme.
-¡Mendigo
Alberto!-exclamó Isaac-¿Qué había sido de ti?
-Tratamos
de contactarte por más de tres meses para reunir a la banda-dijo Hugo-Pero no
mas no te podíamos localizar.
-Pero
si tienen mi número de teléfono del departamento y el de mi casa, ¿por qué no
me llamaron?-pregunté.
-Si
lo hicimos Calvo-respondió Oscar-Pero el de tu depa estaba fuera de servicio y
en el de tu casa siempre nos mandaba a la contestadora.
-Después
nos contaron de lo de tu accidente y dijimos “Ese wey no va a poder tocar en un
buen rato”-agregó Isaac.
-¿Y
solo por eso me iban a reemplazar?
-No,
pero como ya tenemos una tocada encima, y, pues nos urgía un baterista.
Entonces se acordaron de los demás
aspirantes y salimos todos, fue Hugo el que se dirigió a todos y dijo:
-Sentimos
haberles hecho perder su tiempo, pero ya tenemos a nuestro viejo baterista y
está en perfectas condiciones, así que… eh, esteeee, ya se pueden ir.
Entre algunas rechiflas y
mentadas, volvimos a entrar y ensayamos lo que sería todo el repertorio para la
tocada, me sentía bien estando con mis amigos y tocando la música que había
marcado mi “juventud”, lo que era un pasatiempo en el bachiller se convertía en
una válvula de descompresión para mí,
una manera de encaminar y dar un uso al peso de los recuerdos, mi variante de
catarsis, por decir algo.
La ejecución de cada uno de
nosotros se notaba más madura, debido a que ya tenía un tiempo que mis amigos
practicaban por su cuenta, lo que me extrañaba es que yo no perdiera la
practica en la batería, pese a no haber tocado absolutamente nada desde que
salimos del bachiller, de vez en cuando un poco de batería de aire, un
videojuego de bandas de rock , pero nunca en una batería real, supongo que el
conservar esa habilidad demuestra que, como dicen, lo que bien se aprende no se
olvida.
-Bien
Calvo, muy bien-dijo Oscar-¿Podrás ir a la tocada esta noche en el café Apolo?
-¡¿Es
hoy?!-exclamé.
-Ay
ya ya ya, no te quejes, antes no mas te decíamos que tenías hora y media para
llegar al lugar de la tocada, hoy lo sabes desde la tardecita-dijo Hugo.
-Bueno,
está bien, solo déjenme hablarles a mis papás, para decirles dónde voy a estar.
-OK,
háblales y regresas para ensayar otro ratito, después nos vamos a comer unos
tacos y nos lanzamos para el Apolo las 9, la tocada es a las 10.
Salí por un momento para hablar
por teléfono a mi casa, mis padres no estaban en casa, así que les dejé un
mensaje en la contestadora explicando dónde iba a estar y con quienes iba.
Pensé que a Sonia le podría interesar la tocada así que también le telefoneé.
-¿Sonia?,
Bien, solo hablaba para decirte que hoy tengo una tocada en el Apolo a las 10.
-¿El
Apolo?, Por Satán, ¿me estás espiando? Hoy quede de ir con Violeta a ese lugar,
pero no pensé que tu banda fuera a tocar esta noche-contestó.
-A
pues mira que coincidencia, ahí nos veremos con toda la alineación original.
-Vaya-se
sorprendió-Te reuniste más rápido con tu banda de lo que me esperaba cuando me lo
comentaste en la madrugada de hoy.
-Si,
bastante-respondí-Bueno, hasta la noche.
-Hasta
pronto-contestó y colgó.
Regresé al edificio y continuamos
ensayando para afinar un poco los detalles con los covers que habíamos dejado
inconclusos, algunos de los cuales eran canciones metaleras, rock alternativo y
de mis favoritos, britpop.
Cerca de las 7:30 terminamos el
ensayo, fue entonces cuando todos empezaban a desconectar sus instrumentos,
guardarlos en sus estuches, a enrollar los cables y guardar los micrófonos.
-¿Y
tú qué esperas Alberto?-dijo Isaac-¡Desarma la batería!
-Si
es cierto Calvo, no te hagas wey, que todavía tenemos que ver cómo vamos a
llegar al Apolo-me recriminó Oscar.
-No
hay problema, traigo a la vieja Pearl en la camioneta de mi ancestro, ahí
podemos llevarnos todos los instrumentos y cabemos con espacio de sobra.
-A
canijo-se sorprendió Hugo-¿Ya ven? Este wey no esta tan wey, de a perdis trajo
su bataca, porque esta estará ay dos-tres pero la de él está más cabrona y
encima trae carro así que ya la hicimos.
Salí a acercar un poco más la
camioneta a la entrada para hacer más fácil la carga de los instrumentos y
después de eso nos dirigimos a la taquería más cercana, en el mismo ritual que
teníamos antes de cualquier tocada en el bachiller, comíamos todos juntos y nos
íbamos al lugar de la tocada.
-Bueno-dijo
Hugo después de haber masacrado a su cuarta orden de tacos al pastor con
queso-Hagamos un brindis por el reencuentro de nuestra banda.
Todos tomamos nuestras botellas
de refresco y las chocamos, era increíble que pese a que no habíamos tocado en
más de dos años, siguiéramos sonando igual e incluso mejor de lo hacíamos
antes, simplemente “The Anonimus” estaba de vuelta, todos juntos de nuevo.
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