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lunes, 16 de julio de 2012

Capítulo XVII Consecuencias


Al día siguiente, el dolor en todo el cuerpo era muy fuerte, especialmente en la cara, pero gracias a la curación oportuna de Violeta, la hinchazón había desaparecido. Permanecí sentado en la bolsa de dormir, cualquier movimiento traía una ola de dolor sordo y seco, que me pareció mejor idea no moverme mucho. Miré por un largo rato un dibujo en particular, de la pared enfrente de mí colgaba un retrato que hice de Sonia hacía tres años, cuando íbamos al bachiller. Para hacerlo había tomado por base una fotografía, la única que se había dejado tomar en ese entonces, en ella, estaba recargada contra una columna de concreto de la entrada a la escuela, sus ojos tenían un brillo particular y una leve, casi imperceptible sonrisa se dibujaba en sus labios, era un retrato un poco aficionado, hecho con lápices y carboncillo, aunque lo había hecho con todo el cariño y amor que sentía por ella en esa época. De nuevo tuve un pequeño soslayo de esa relación, las tardes de paseo, las pláticas en los descansos, una cantidad de detalles y recuerdos nimios.

Reuniendo un poco de fuerza me levanté y caminé por el departamento, sentí mucha hambre de repente, lentamente me acerqué al refrigerador, pero no había nada en el, ni nada en la alacena, solo quedaban algunos trastes, al parecer solo usaban el departamento cuando querían tener un poco de intimidad. Me dirigí al baño para lavarme la cara y evaluar el daño que tenía; por suerte no tenía moretones muy marcados, ninguno que no se explicara con una caída o un accidente cargando los instrumentos, pero en resto del cuerpo tenía uno muy marcado donde Misael me dió el rodillazo, otros en las costillas por los golpes de Aljeos, pero el resto del dolor era provocado más por los músculos que por los moretones.

Poniéndome la sudadera y los lentes obscuros del disfraz del día anterior, salí a comprar algo para desayunar, después de pensar por un rato, me decidí por un desayuno clásico, cereal y un jugo de naranja. Caminé muy despacio por la colonia buscando una tienda, compré el cereal y una botella de leche en la primera que encontré, tardé un poco más en encontrar un puesto de jugo de naranja, pero al fin, después de quince minutos de búsqueda, di con uno, compré dos litros de jugo y regresé al departamento.

Sonia y Violeta ya habían despertado y me preguntaron a dónde había ido.

            -Sólo salí a comprar el desayuno.
            -No deberías andar moviéndote con todos los golpes que tienes-me reprendió Violeta-Lo único que vas a hacer es lastimarte más.
            -Déjalo-dijo Sonia-Sabe manejar bien el dolor físico, su débil es el dolor mental, por eso las personalidades.
            -Pronto todo eso acabará-respondí-Aun así, todo lo de ayer…
            -No te culpes, evitaste que las cosas pasaran a mayores, porque para haber salido con unos golpes y moretones de esa, estuvo bastante bien, la otra vez, casi mueres.
            -Cierto, esta vez al menos respondí, bueno ¿Desayunamos?

Sacaron los platos y vasos para desayunar, seguimos platicando de la pelea de ayer, pero más sobre como desbordaba mi furia, como, pese a no tener un físico marcado, lograba sacar una fuerza anormal y un salvajismo que asustaba.

            -Lo único que me detuvo la primera vez que esto paso fue que la chica a la que estaba protegiendo me dijo que parara mientras ella lloraba-dije.
            -¿Es la misma que me dijiste? ¿Ingrid?
            -Si, era ella.
            -Bueno, eso quiere decir algo-observó Violeta.
            -Ella te calma, para ti es relajante su voz y con ella te sientes en confianza.
            -Tienes razón y ella siente algo por mi-comenté comiendo un poco de cereal-Pero yo no estoy del todo seguro.
            -Todo eso es culpa de tú maldito muro, solo necesitas quitarte de encima todas esas capas de blindaje y dejar la carne al aire.
            -Tal y como hace tres años-agregué, mirándola a los ojos.
            -Por lo que ella me ha contado-empezó Violeta-En ese entonces, cuando le pediste que fuera tu pareja, dejaste todo a su disposición para que te escogiera o te destrozara, estabas listo para cualquiera de las dos situaciones, pero por lo que dices ahora, tal parece que ese muro está hecho de barreras para eliminar esas situaciones.
            -Ya se verá-concluí y viendo de nuevo el retrato dije-Sonia ¿Qué no ese retrato estaba en la caja?
            -Ah, lo tomé yo-respondió Violeta-Me pareció lindo y lo colgué en la pared.
            -Ya veo-dije-Ella lo rechazó cuando lo hice, no tenía ni una semana que habíamos terminado, aunque ese retrato lo tenía terminado unos pocos días antes.
            -Bueno, eso ya paso, no te entierres en recuerdos…lobito-añadió Sonia con una risita.

Terminamos de desayunar y ayudé a Violeta a lavar los trastes, doblé y guardé la bolsa para dormir y me despedí de ellas. Ya de camino a casa, no dejaba de pensar en esa pelea, al menos era un poco reconfortante ver que esta tenía una razón: Defender a lo que quería, quizá por eso Aljeos se había retirado al oírlo, ya solo quedaba el último paso, la restructuración, pero no sé muy bien cuando vaya a suceder.

Llegué a casa de mis padres cerca de las cinco de la tarde, no había nadie en casa, cosa que me resultó beneficiosa, pues no quería que me vieran con los moretones. Bajé la batería muy lentamente, pues el peso de cada tambor hacía que el dolor se acentuara y ello no me dejaba bajarlos a gusto. Después de una media hora de lucha para llevar la batería a mi cuarto, ya había instalado todo para tenerla a mi disposición por el resto de las vacaciones, pese al dolor, me puse a ensayar hasta que el cansancio se mezcló con el mismo dolor, me derrumbé en  mi cama y me quede profundamente dormido.


En una mesa de un bar, cerca del café Apolo, se encontraban reunidos cuatro tipos, todos bastante parecidos entre sí, pero con semblantes completamente distintos, platicaban un poco animados, como si estuviera a punto de ocurrir algo por lo que llevaban tiempo esperando.

            -Hemos recorrido un buen camino-dijo uno con un sombrero cortado-Cada uno de nosotros estableció el contacto con “Él” de la manera que más conveniente les pareció.
            -Pronto “Él” decidirá como terminara todo este proceso, quienes y en que proporciones regresarán y cuales serán eliminados-puntualizó el más bajo.
            -No creo que alguno de nosotros sea eliminado, como le dijo Aljeos, “Nosotros somos Él y Él es Nosotros”-agregó el mediano.
            -Además, esta tan cerca de la integración, que ya hasta a la furia le ha dado una razón y un objetivo, no creí que pudiera hacer eso, con lo que detesto la razón-dijo el que más agresivo se veía y al terminar le lanzo una mirada al más bajo-Nada personal José.
            -¡Bah! En la restructuración serán resueltas todas nuestras diferencias ¿O no Alberto?
            -Pero también serán afrontados los problemas internos que estas diferencias han ido creando a través de los años-añadió el aludido del sombrero.
            -Creo que solo causaremos un gran dolor mental durante la restructuración, el que “Él” peor maneja, podríamos empeorarlo todo.
            -Es una posibilidad J. Alberto-le respondió el más bajo-Pero creo que la fuerza interior de “Él” saldrá adelante de este proceso.
            -Todo estará bien-dijeron los cuatro al mismo tiempo.

“Todo estará bien”
“Todo estará bien”


            -Hijo despierta, Albert, levántate, vamos a cenar-me llama mi madre desde afuera de mi cuarto.
            -Ya voy-contesto adormilado-Nada más me cambio.
Salí de la cama y me dirigí al ropero, pero tropecé con uno de los platillos, tirándolo en mi caída, el soporte me dio en la cara y solté un pequeño “Auch”, sobra decir que el ruido fue aparatoso, lo que provoco que mis padres entrarán a mi cuarto y se quedarán un poco sorprendidos por la batería.

            -¿Estás bien?-preguntó mi madre-¿De dónde la sacaste?-añadió señalando a la batería.
            -Estoy bien, solo me di un golpe en la cara con el soporte del platillo, y la saque de una tienda de música de…
            -Ah, bien, oye que golpe te diste, tienes la cara algo morada-dijo mi padre observándome con más detalle.
            -Si, es que me di de lleno con el platillo también-contesté algo nervioso.
            -Bueno, vamos al comedor a cenar.

Moviéndome un poco más fluidamente por el descanso, me cambié y fui a cenar, mi madre había preparado un poco de arroz con mole, mientras comíamos, no me dejaban de preguntar cómo había estado mi estancia fuera de casa por casi tres días, relaté partes de la reunión en casa de Sonia, como me encontré con mi banda y que tal había estado la tocada de la noche anterior. Casi al final de la cena mi padre se levanto y fue hacia su habitación, regresó con una caja con moño color verde.

            -Bueno hijo, aquí está tu regalo por tus buenas calificaciones.
            -Wow, gracias, a ver, vamos a estrenarla.

Saqué la cámara de su caja y tomé una foto de mí y mis padres. Más tarde esa noche me pasé gran parte del tiempo tomando fotografías de la luna y de sombras que proyectaba su plateada luz por el patio de la casa y en mi cuarto. Los golpes y moretones seguían dando una marcada molestia, ya en mi cama y casi dormido solo alcance a decir.

            -Todo estará bien…

miércoles, 11 de julio de 2012

Clay-More 7


sábado, 7 de julio de 2012

De lo malo de ser hombre


En respuesta al blog de Viri sobre las quejas de ser mujer, el cual recomiendo que lean antes de chutarse este, vamos a hacer un recuento de algunas quejas de ser hombre, que sí, es más fácil, pero no por ello me he topado con situaciones dignas de ser mencionadas.

Del Fútbol (y otros deportes)

¡Ah! Los deportes, esa actividad de sano esparcimiento y exhibición del físico humano en la manifestación legendaria de nuestro instinto de competitividad.

Si eres hombre, es muy seguro que en algún momento de tu vida hayas tenido contacto con un balón de fútbol o de algún otro deporte. En nuestro querido y pambolero país el fut es lo que más apasiona a millones de hombres, en mi caso la relación con el fut ha sido de altibajos.

Cuando era un niño me encantaba jugar fut, pasaba todas las tardes jugando con los niños de la calle, lloviera o hiciera frio, nunca fui bueno, de hecho mi mayor atributo era que sabía estorbar para que los niños que si eran buenos quedaran incómodos para tirar y de ahí al entrenador de la unidad donde vivo se le ocurrió meterme de defensa al equipo de la unidad, aunque pocas veces me metía a los partidos… Ahí me enojé, hice berrinche y ya no quise saber nada del fútbol hasta que entré a la secundaria.

Fútbol, segunda temporada.

En la secundaria no me pude escapar de la clase de educación física, han de saber que siempre he sido enemigo de hacer sentadillas y lagartijas, así que volví a tener contacto con el balompié, en contra de mi voluntad. En esta ocasión había chavos mejores defensas (defensas de defender no otras cosas ;D) que yo, así que en el primer partido el capitán del equipo me puso de portero, ya saben, el que mete las manos para que no entre un gol. Bueno, en ese partido la verdad me la rifé, creo que fue uno de los momentos cumbre del deporte en lo personal, pues después de parar un tiro que era a todas luces un gol, el balón le quedó perfecto para volver a tirar a otro chavo y yo estaba tirado en el suelo, y en el último segundo, conjurando al espíritu de Benji Price, me lancé con un brazo estirado y paré el balón en la línea de gol, estaba que no cabía de gusto y lo bueno fue que ganamos.



Lo malo fue que solo en ese partido la armé, ya que en los otros solo perdíamos porque la verdad estaba bien piedra, de ahí se generaron algunas burlas y que después buscara una excusa para poder salirme de las clases de fut (al final pude utilizar una operación de pretexto, pero al principio argumenté asma).

Fútbol tercera temporada, fútbol americano primera temporada.

Ya en el C.B.T.i.s. me volvió a funcionar lo de la operación y no hacía ejercicio, pero cerca del cuarto semestre a mi amigo Oscar y a su hermano se les ocurrió que jugáramos tochito en un prado que había cerca de su casa y de la escuela. La verdad lo único de lo que la armaba era para dar pases y eso a medias, pero mi amigo David lo compensaba atrapando mis pichurrientos pases y corriendo como alma que lleva el diablo, pues él es miembro de una raza de guerreros aztecas secreta de Cuacuila (LOL), balón que atrapaba seguro terminaba en anotación. Pasó un tiempo y otros amigos propusieron que jugáramos fut, otra vez me vi en la portería, sin embargo, en esta ocasión si la armé, a tal punto que ya había veces en las que me elegían primero (Oh! Stop it you!!).

Pareciera que todo esto tiene una imagen positiva de mi hacía el fútbol, pero en general evito todo contacto con los deportes (a menos que tengan un control de por medio) no me gustan, no tengo la coordinación ni la condición (por flojera) para jugarlos, y eso me ha aislado un poco de otros chicos, en la uni me la pasaba escuchando música y el resto estaba en las retitas de que los de quinto contra los de primero y así. Además, el que empiece a comprender cosas como diferencia de puntos, gol de visitante, faul técnico, tarjetas acumuladas y esas ondas es una de las primeras y claras señales de que estoy envejeciendo. Sin embargo, a veces es divertido sentarme a ver un partido con mi papá y mis hermanos, eso sí, seguiré sin entender el beisbol, el tenis y básquet, así que no intenten explicármelos.

De las cosas que por ser hombre se supone de sabes hacer.

Ser hombre trae una preconcepción de los que debes hacer.

Saber cambiar una llanta, saber poner una antena de televisión, levantar cargas pesadas como si fueran una simple bolsita de mandado (esas igual pesan las condenadas).

Esto lo digo por una ocasión en la que a unos conocidos que acompañaba se les ponchó una llanta en la autopista, la cosa hubiera estado más sencilla si no hubiera estado lloviendo y no hubieran apretado las llantas con pistola, pues quedaron bien duras y con mis enclenques fuerzas no pude aflojarlas (igual no teníamos una llave de cruz a la mano) ya después de media hora, un camionero nos echó la mano y con una llave que dejó pendejísima a las que había visto en mi vida, sacó la llanta, la cambiamos por la de emergencia (ya que ni a de repuesto llegábamos) y nos retachamos vencidos a su casa.

Y es que si eres hombre y no le sabes a la mecánica, estas prácticamente perdido si algo te pasa en la carretera. Estadísticamente, tienes como 5 o 6 veces menos probabilidades de que alguien se orille a ayudarte que si fueras mujer (bueno, que hombre en su sano juicio dejaría pasar la oportunidad de echarle mano al motor de una núbil jovencita, ay, eso sonó medio raro)


Yo te ayudo, ¡Sabrotza!

También esta lo de las cargas pesadas. Cuando entré como un alegre e inexperto practicante al área de control de calidad de papa y otras materias primas a sabritas, me mandaron ahí porque según en ese laboratorio siempre mandan a los chicos. Recuerdo que el primer día me dijeron: “Vente beto, vamos por la muestra de papa” y ya ahí me había emocionado, pensaba que íbamos por unas bolsas de papas para comérnoslas y darles el visto bueno. Cuernos, pasamos a una zona donde un camión estaba descargando papas crudas con tierra y tenía que sacar de ahí un costal de papas, el primero lo sacó el técnico de ahí, como si nada, pero cuando me tocó estoy segurito de que se me salió un pedal, pues creo que ya dejé en claro que no tengo mucha fuerza, disimulé y así me la pase los primeros días, pero por las tardes llegaba a dolerme a mi casa y muchas más me quedaba dormido hasta como las ocho o nueve (y así a veces no oía cuando mi compañera tocaba por no tenía llaves ji ji ji ji). Lo bueno fue que al avanzar los meses me hice de mañas y un poquito de fuerza para levantar esos costales, lo cual aplico a la hora de ir por el mandado a la plaza.

Eso de instalar cosas si se me da bien, bueno, no sé colocar redes, ni hacer mezcla de cemento, pero casi todos los electrodomésticos de mi casa fueron programados y colocados con ayuda mía, la tele, el refri, la estufa, el micro, le enseñé a usar su lavadora a mi señora madre y le configuré a su gusto su celular a mí papá. Soy una especie de McGiver en lo que respecta a configurar estos aparatos en mi casa.

De los hombres y la cocina

Muchas de las veces se dice que los hombres no se meten a la cocina si no ocurrirá un desastre.

Nomás quería hervir agua pa' una maruchan mi amor...

Durante el primer año en la uni, viví con mis primos, y la verdad cuando llegaban a cocinar en el depa, los resultados eran de proporciones biológico-infecciosas, pues sus comidas eran fritangas rebosantes de aceites y grasas requemadas, los trastes quedaban con restos por semanas y luego les salían pelos. A veces creo que una de esas masas me dijo papá, no estoy seguro.

Y eso que nada más habían calentado tortillas

En general, rara vez hago de comer yo, pero mi mamá no tiene hijas y como yo siempre ando en la baba por ahí, se le ocurrió jalarme y enseñarme a hacer unos cuantos guisos. De momento se hacer salsa molcajeteada bien sabrosa, carnita asada, frijolitos refritos, costillas de puerco en salsa, chilaquiles, chicharrón en salsa, unas pechugas de pollo en marinada y un menjunje con guten y vegetales. Vanne me dijo que un hombre que sabe cocinar es buen partido, así que… Señoritas, la fila comienza aquí.

De la barba y los rastrillos.

La barba, ese misterioso y viril vello facial, el que separa a los hombres de los niños, el que da poder a los magos, los guerreros y los sabios.

En este caso he conocido a hombres que se quejan de que no les sale nada de barba, nomás unos tres pelos de elote escuálidos y descoloridos. En este caso los dioses barbados del vello facial han sido bondadosos con mi enclenque ser, pues de toda la familia soy el único al que le crece una frondosa y saludable barba, lo único malo es que a las chicas les pica y como los hombres hacemos lo que sea por nuestra dama nos vemos en la necesidad de rasurarnos.

Mi barba de vago


En mi caso es molesto, pues mi barba esta como que muy tupida y medio rizada y hace que se atore el rastrillo, se tape luego luego, le quita el filo muy rápido y siempre me corta, unas veces mucho, últimamente ya menos. Y lo malo es que la rasurada solo me dura dos días y medio, al tercero mi barba ya vuelve a asomarse, pero, al menos estoy mejor que mi amigo Oscar, pues él es tan pero tan barbudo, que se tiene que rasurar en la mañana y en la noche, ¡esa si es una barba y no mamadas!

Del pirrín, los huerfanitos y las mamaceeeeeetas

Creo que todos sabemos que el punto más débil de todo hombre son las joyas de la familia, ubicadas en la entre pierna, colgando ahí, vulnerables a una ataque  y es que un estratégico, bien colocado golpe en tan sensible área nos puede dejar fuera de combate por horas… Y desencadenar las risas de todo mundo (No por nada Homero quería que ganara el balón en la ingle).



Y nuestro pilín mientras andamos en la edad de la punzada nos da varias situaciones incómodas, pues al pequeño soldadito le daba por ponerse en un recto estado de “¡Firmes ya!” cuando una chica que apenas y aprendía a usar el poder de sus boobies pasaba cerca de nosotros, o cuando los dioses del viento nos ayudaban con un día con vientos peculiarmente fuertes y al ras del suelo, provocando una oleada de faldas levantadas, o cuando llovía y había un improvisado show de camisas mojadas o cuando hacía frio... Bueno, creo que ya deje claro este punto.



Y es que los hombres somos los fans número uno de la belleza de las mujeres. En mi tiempo libre (que es mucho) me he dedicado a ver a dónde se desvían los ojos de los hombres por la calle cuando paseo con mis amigas (que están bien bonitas todas, toditas), y siempre me da risa ver como su ojos de fijan en el pecho y luego, al pasar, se van por las pompis, y yo igual lo hago, y me da risa cuando me doy cuenta como “se me van” los ojos.

Ya me prolongué mucho con estos temas y estoy seguro que dejo algunos sin abordar, pero siempre queda abierta la posibilidad de hacer un volumen dos de lo malo de ser hombre.

Fue muy divertido acordarme de todas esas cosas que me han pasado como hombre.

En nuestra gustada sección de avisos, ya merito entramos a la recta final de la historia, solo restan tres capítulos para el gran final… y si esta grande, esta como de más de treinta páginas. Son mini relatos, así que lo voy a dividir, para dosificárselos, ¿O se los receto de un jalón?

En otros avisos, el 14 de este mes es mi cumple, así que probablemente me tome unos días libres, chance y les ponga un Clay-More antes pero no estoy seguro (Qué por cierto ya mero termino el primer capítulo).

Por lo pronto eso es todo, yo me voy a jugar fut en mi nintendo 64 y rascarme la panza en el sofá.

miércoles, 4 de julio de 2012

Reseña de Strangeland por un fan de Keane



Ya tenía hartas ganas de publicar esto, pero entre Clay-More y la historia no me había dado tiempo.

Ha vuelto a pasar, me cae, ya hacía casi dos años sin que un disco me hubiera gustado de cabo a rabo, pero wow… Fue simplemente increíble.

Del disco que estoy hablando es Strangeland de Keane, salió el 7 de mayo, pero apenas lo pude comprar en días anteriores, y la verdad valió la pena aguantarme las ganas de descargarlo (bueno, eso y que no tengo internet).

Todas mis fibras de fan se agitaron con lo bien ejecutado (aaaaaaaaaaaaaaay que “pro” soné) que esta el disco.

Simplemente me dejó helado la similitud de algunas letras y de varias de las canciones con lo que he pensado y me ha pasado en los últimos 3 años, algunas tanto que hasta me dio un poquito de miedo (No tanto así, si no un sobrecogimiento de esos de que te ponen la piel chinita)

Disconnected es una de esas canciones, me sacó de onda las múltiples capas que abarca, desde lo más reciente, hasta lo más viejo de mi memoria.



On The Rad suena bastante alegre, positiva y buena onda, algo que en verdad necesitaba, puesto que mayo, junio y julio son mis peores meses en lo que respecta a lo emocional (mucho trauma amoroso que me pasó tuvo lugar en estos meses)




Neon River aplica bastante bien para los amores espinosos, los que cuestan, los que no salen, en los que algún detalle desbarata todo (O así lo veo yo)



En general (una lagrimita recorre mi mejilla), a mi parecer, Keane se reivindicó con este disco, volviendo a un sonido similar al de Hopes and Fears y Under The Iron Sea, dejando a un lado las ondas electrónico-raras que habían incluído en los últimos dos discos, pero ahora este albúm viene con canciones frescas y letras que te harán chillar por que llegan directito y con efecto a tus puntos sensibles, lo recomiendo ampliamente, bájenlo (aunque la edición de lujo esta en 146 varitos, así que ya depende de su bolsillo… O hueva) escúchenlo y déjense llevar en un viaje hasta esas tierras extrañas, perdidas en su memoria, tierras que no pensaban volver a visitar.

sábado, 23 de junio de 2012

Clay-More 6

Ahora el número seis tiene color... A ver si el número 12 también... 


viernes, 15 de junio de 2012

Capítulo XVI En el Apolo y después



El ambiente en el café Apolo apenas se empezaba a formar, por la bocinas sonaba el final de “Empty Spaces” de Pink Floyd, las mesas estaba casi llenas, se había corrido el rumor de que nuestra banda regresaría con la alineación original, por lo que la concurrencia en el café era un poco mayor que la habitual cuando había tocadas de bandas, “The Metal” de Tenacius D ya empezaba a prender al público. Estábamos un poco nerviosos, todos los instrumentos ya se encontraban en su lugar, cada uno de nosotros se había ido por su lado para saludar a amigos y conocidos, yo, por mi parte, buscaba a Sonia y Violeta, pasaba las mesas esperando encontrarlas, solo faltaban quince minutos para empezar la tocada, así que tomé una mesa para apartárselas.

            -Hola Alberto-dijo detrás de mí Sonia, venia tomada de la mano de Violeta, ambas, vestían ropa negra con metales.
            -Hola, por poco y llegan tarde, ¿Cómo estas Violeta?-dije mientras la saludaba.
            -Bien-respondió con una sonrisa- Oye Alberto, Sonia me dijo que hoy tú vas a tocar con “The Anonimus”.
            -Si, en la bataca, fue de puro churro que los encontré hoy, ya me iba cuando me dijeron de la tocada.
            -¿Van a tocar lo de siempre o ya le metieron algo de metal?-preguntó Sonia.
            -Pues sí, casi lo mismo, metimos unas cuantas de metal, pero básicamente siguen las de nosotros, Hard Rock, alternativo, Britpop, bueno, de todo un poco.
            -Que bien-contestó-Por lo menos no nos aburriremos, tienen una buena mezcla para todo gusto en su repertorio.
            -LOS INTEGRANTES DE LA BANDA POR FAVOR PASAR A TOMAR SUS LUGARES-nos llamaba una voz por el sonido.
            -Bueno me voy, nos vemos al final.
            -Suerte-dijeron ambas.

Ya estando todos reunidos atrás del escenario, solo nos dimos un abrazo grupal y subimos a tomar nuestro lugar. Empezamos directo con “Try To Stay & Say”, la vieja conocida de nuestra banda, fue coreada por algunos asistentes que solían frecuentar nuestras tocadas, el ambiente se empezaba a encender cuando tocamos “Cherry Cola” un cover de The Eagles Of Death Metal.

            -¡¿Qué les pareció?!-gritó Hugo al terminar el cover-¡¡¡The Anonimus está de vuelta más fuerte que antes!!!

Un grito de aprobación vino del público, la mayoría ya estaba de pie, cerca del escenario, mientras que más atrás se veía a Sonia con Violeta, estaban abrazadas y aplaudían junto con el resto del público.

            -Bien, ahora un poco de metal, ¡Agárrense que ‘ora si vamos a rezar!-rugió Hugo

Oscar e Isaac empezaron con los riffs de “Master Of Puppets”, simplemente el ambiente estalló en el Apolo, todos coreaban la canción, Hugo se movía de un lado al otro del escenario, Oscar sacaba unas rápidas y poderosas notas de su guitarra Fender  e Isaac tocaba con un profundo y preciso bajeo en su bajo Gibson, mientras tanto, yo me desenvolvía de una manera casi simbiótica con mi batería Pearl, agregando remates extra, redobles y toques con los toms, tarola, contratiempos, en fin, una gala de las habilidades cultivadas tras años de práctica de cada uno de nosotros.

No dejamos ni respirar a los asistentes cuando ya empezábamos con “Breaking The Law”, “The Number Of The Beast” y “Night Crawler” de Judas Priest, y ni bien se habían recuperado sus gargantas de gritar con estas, ya nos arrancábamos con “Seek And Destroy” para cerrar el bloque de metal que teníamos preparado.

            -¡¿Les gustó la misa metalera?!-preguntó Hugo al público-Pues ahora tocaremos unas rolas más y un poco de Rock bien acá.

Marqué cuatro tiempos y empecé con el redoble y remate de “Shine” de Mr. Big, coreada solo por algunos asistentes, aquellos que se veían un poco mayores, pero el ánimo retorno cuando tocamos “TNT”, “Back In Black” y “Highway To Hell” de AC/DC, le seguimos derecho con “Walk This Way” de Aerosmith, “Paranoid” y “Heaven & Hell” de Black Sabbath y cerramos ese bloque con “Bad To The Bones” de Stephen Wolf.

            -Bien, ahora nos dedicaremos a una mezcla de géneros, iremos desde britpop hasta punk, si tienen alguna rola que nos quieran pedir, no más nos dicen, y si nos la sabemos, nos la chutamos.
-¡¿No tienen “Gothic Girl”?!-gritó desde el fondo Violeta.
            -Órale pues-contesto Hugo-A petición de la señorita le seguimos con esa rola, ¡Calvo, Oscar, arránquense!

Tocamos la canción, por sobre la batería vi como Sonia y Violeta se envolvían en un abrazo y un profundo beso, seguimos tocando hasta el final, cuando terminamos Hugo se acerco a mí.

            -¿Oye ya viste que es Sonia con quien se estaba besando esa chava?
            -Si, ya sabía, ¿Qué tiene?
            -¿No te molesta, no te resulta extraño?
            -Para nada, es su decisión y la respeto-dije-Ya, vamos a seguirle.
           
Me miro con cara de “ah… bueno” y regresó al frente para atender las peticiones del público, que pedía a los Strokes, los Artic Monkeys, Keane, los Ramones y varias bandas más de las cuales teníamos un cover o varios.

La tocada siguió entre peticiones de canciones nuestras y covers de todo tipo, Sonia se acerco para pedir “Nothing In My Way” de Keane y regresó al lado de Violeta como diciéndole “Se que te gusta y estos tipos se la saben”, ya casi habíamos rebasado las tres horas de tocada y todos estábamos muertos, cubiertos de sudor, pero felices de comprobar que la vieja química del grupo no se había perdido y que incluso se había hecho más fuerte, cerramos la tocada con “Another Brick On The Wall” de Pink Floyd.

            -Eso es todo, ¡Gracias!, para quiénes no nos conocen nos presentamos-gritó Hugo-En la guitarra tenemos al hombre barbado que ríe, alias el peludo: Oooooscar.

Oscar salió un poco hacia delante tocando un rápido y melodioso solo en su Fender negra.

            -En el bajo tenemos al hijo prodigo de la colonia Morales-agregó Hugo-El buen Isaac.

Isaac le sacó jugo a su instrumento con un bajeo que casi vuela las ventanas del lugar.

            -Tras la batería-dijo Hugo-Rasgando el cuero con sus baquetas, tenemos a ¡¡Alberto, alias Calvo “piernas locas” McCoy!!

Riendo por el chiste, saqué un pequeño solo en mi batería Pearl.

            -Yo soy Lord Hugo-continuó Hugo, mientras tocaba un solo en su teclado Yamaha-¡¡Buenas noches gente del Apolo!
            -¡Anonimus!, ¡Anonimus!, ¡Anonimus!, ¡Anonimus!-gritaba la gente mientras dejábamos el escenario.

            -Ay wey ya tenía rato que no tocábamos tanto-dijo Isaac, y se vio la mano derecha-Ya me jodí más las yemas de los dedos.
            -Si no mames, me duele la garganta de tanto gritar, chale, si se acostumbra uno a no esforzar la voz-decía Hugo con voz algo rasposa.
            -Pues para mí no fue tanto-dijo Oscar-Solo me duele un poco la muñeca.
            -Bueno eso es porque tú estás estudiando música, no inventes creo que mañana voy a amanecer con la pata entumida, tenía como tres años sin tocar por más de una hora-comenté.

Seguimos platicando y haciendo bromas, nos sentamos juntos en una mesa, de inmediato nos sirvieron unas cervezas frías y me di cuenta que moría de sed, de las mesas de alrededor nos felicitaban y nos pedían hasta uno que otro autógrafo o una foto con la banda.

            -Vaya, si que mejoraron con el tiempo-dijo Sonia sentándose en nuestra mesa junto con Violeta.
            -No creí que se supieran esa canción-añadió con un poco de sorpresa Violeta-Sonia me dijo que la pidiera nada más para molestar.
            -Ah es que esa la había propuesto Alberto para dedicársela a Sonia en una tocada, pero como tronaron, pues ya no la tocamos-respondió Isaac.
            -Y les salen muy bien los covers de Keane-continuó Violeta-No jueguen “Nothing In My Way” les salió idéntica.
            -Son las favoritas de este mono-me señaló Oscar-Siempre las ensayamos hasta que a él le parecen iguales.

Hugo miraba fijamente a Violeta con una cara extrañada, y de repente Sonia soltó.

            -¿Qué tanto le ves? Es mía.
            -¿Son novias?-pregunto
            -Si, lo somos ¿Y qué?
            -Ya, ya, ya, no más decía.
            -Ay Calvo-dijo Oscar mientras me daba una palmada en la espalda-Otra en la que se aplica el “Efecto grapas”.
            -Bueno ya es tarde-dijo Isaac viendo su reloj-Casi son las dos y media, desconectemos y guardemos las cosas para regresar a guardarlas en la bodega.

Empezamos la labor con ayuda de Sonia y Violeta, desconectamos amplificadores, guardamos los cables, micrófonos y demás equipo en sus cajas, yo me encargue personalmente de desarmar mi batería con gran cuidado, subimos las cosas a la camioneta y las llevamos a la bodega, nos despedimos de la banda, quedaron de llamarme si se presentaba otra tocada.

            -¿Les parece bien si damos un paseo por el parque?-propuso Sonia.
            -Está bien-acordé-Total, me voy a quedar en la camioneta.
            -¿Te vas a quedar ahí?-se sorprendió Violeta-No inventes, si no tienes donde quedarte, podemos ir al departamento.
            -¿Todavía lo rentan?-me extrañé-¿No que ya las habían comprendido en sus casas?
            -Si, pero todavía lo rentamos, para cuando tenemos ganas de hacer, eemmmm…Cosas-respondió Sonia.
            -Ah, ya veo.

Caminamos un poco más por las calles del centro, íbamos comentando de las canciones de la tocada y me proponían algunas que quizá quedarían en nuestro repertorio.

            -Oye Alberto ¿Qué es el “Efecto grapas”?-preguntó Violeta al cabo de un rato-¿A qué se refería tú amigo Oscar con eso?
            -Amm, pues es un término que se le ocurrió a estos weyes cuando notaron que casi todas mis ex-novias se volvían lesbianas o bisexuales.
            -Pues que chafa-dijo Sonia.
            -Así es-acordó  una voz fría y seca-Que chafa.

Me quedé petrificado al ver a Aljeos, era la última persona que esperaba encontrar aquí, aunque Alberto había dicho que era probable que se encontrara en la ciudad. No venía solo, lo acompañaba una tipo alto, fornido, de un aspecto osco y hostil.

            -¿Ves? Te lo dije Aljeos, te dije que esta perra llevaría a mi querida a ese lugar a ver a la banducha de tu fuente-comenzó a decir el acompañante de Aljeos.
            -Ya, cállate-le espetó Aljeos con desesperación-Veo que es cierto lo que decías, ellas dos ahora son pareja.
            -Déjame matar a Sonia, quiero que pague por quitarme a mi querida, ¡Quiero que su sangre corra por el suelo!-dijo maniáticamente.
            -¿Otra vez con lo mismo Misael?-dijo Sonia con un tono autoritario-¿Acaso no entiendes?
            -¡¡Cierra la boca maldita mujer!!-gritó y le dio un fuerte golpe en la cara que la tiró en el suelo, Violeta rápidamente la atendió.
            -¿Qué te pasa?-grité.
            -No te metas Alberto-dijo Aljeos con una malévola cara de diversión-No te gustará estar entre una bestia y su presa, créeme, no te gustará.
            -Está bien-dijo Sonia levantándose con ayuda de Violeta.
            -¿Cómo que está bien?-exclamé-¿Quién es este tipo?
            -Es Misael-contestó Violeta-Es un pretendiente que rechacé hace tiempo, nos ha estado persiguiendo desde hace unos meses, siempre había soltado amenazas hacia Sonia, pero esta es la primera vez que hace algo así.      
            -Ella me la quitó, siempre la he amado y fue por su culpa que me dejara-comenzó a decir frenéticamente-Ella me ha robado todos los besos y caricias que eran para mí, ¿Entiendes? ¡¡Para mí!! No descansaré hasta que ella muera y así me podré quedar con Violeta.
            -Además Alberto-empezó a decir Aljeos-Para José esto es una abominación y te culpa por esto, él desea acabar con ellas.
           
Ni bien había terminado Aljeos de decir esto, Misael ya me tenía tomado por el cuello, Violeta trato de impedirlo, pero Aljeos la había tomado por la cintura y tenía a Sonia tomada por el cuello.

            -¡¡Tú no vas a destruir a mi joya blanca!!-decía con una voz iracunda-¡¡Te destruiré primero!!
            -Haces eso y te mató-le amenazó Aljeos-Te dije que tenías prohibido matarlo, con ellas puedes hacer lo que quieras.

Misael me propinó un puñetazo en la cara y remató todo con un rodillazo al estomago, dejándome fuera de combate, Aljeos soltó a Violeta, agarró más fuerte a Sonia, Misael se acercaba lentamente a Violeta que estaba casi petrificada, solo un leve temblor en todo su cuerpo rompía con la rigidez, Sonia forcejeaba con  Aljeos, pero no podía zafarse del agarrón de él.

Fue entonces que sucedió, al igual que aquella vez con Ingrid, me levanté súbitamente y alcancé a Misael antes de que siquiera pusiera un dedo sobre Violeta, lo tomé por el hombro y le di la vuelta, entonces hundí mi puño en su vientre, empujé y empujé hasta casi sacar sus intestinos, lo agarré del cabello y azoté su cara contra el pavimento, repetí este movimiento unas cinco veces, después lo molí a patadas, hasta que me aseguré que estaba inconsciente, Violeta y Sonia veían sorprendidas tal despliegue de furia e ira, Aljeos tenía una cara de profunda exaltación, una sádica sonrisa se dibujó en su rostro.

            -¡¡Este es el Alberto que quería conocer!!-dijo y apretando más el cuerpo de Sonia, agregó-¿Qué vas a hacer?
            -DÉJALA-dije con una voz casi animal.
            -Pues ven por ella-respondió altanero.

Avancé hacia él, lo quité de en medio y lo separé de Sonia, con una cara de sorpresa, Aljeos se quedo parado, me miró divertido por un instante y soltó una larga carcajada.

            -¿Ves el poder tu furia?-comenzó a decir con malévolo deleite-Un poder que te niegas a usar, al que solo recurres cuando estas al borde del precipicio.

No le respondí, me lancé contra él y nos enfrascamos en una pelea de puño limpio, dándonos los mejores golpes que cada uno tenía, improvisando llaves y aventando cualquier suerte de golpe que se nos pudiera ocurrir.

            -Ves todo ese poder-dijo luego de escupir sangre y, tras limpiarse un hilo que salía de su boca, continuó-Siempre ha estado ahí, latente, esperando para ser liberado o utilizado ¿Para qué lo guardas?

Dominándome un poco, me limpié la tierra y sangre y solo le dije.

            -Para usarla protegiendo a algo que quiero-dije mirando a Sonia y luego lo volví a ver, lanzándole una mirada asesina.
            -¿Por qué? Si ya ni le interesas, te dejó  y ahora toda su preocupación es por ella.

Volteé a verlas, Sonia y Violeta contemplaban en silencio tan extraña escena, entonces le respondí a Aljeos.

            -Y si es feliz así, no dejare que alguien destruya su felicidad, mucho menos yo.

Aljeos me miro interrogativamente y agregó.

            -Vaya, que cerca estas de la integración, Alberto y J. Alberto no estaban equivocados-dijo encogiéndose de hombros, dio la media vuelta y agregó levantando la mano izquierda-Tal vez no debí tratarlos tan mal, como sea, nos vemos en la restructuración, ya veremos cómo sales de esa.

Me desplomé en el suelo y respiraba con dificultad, los coágulos en la nariz apenas dejaban pasar aire a mis pulmones, traté de sacar la mayoría, en eso Sonia me puso la mano en el hombro.

            -Gracias-dijo quedamente.

Volteé a verla, su ojo derecho estaba hinchado y abrazaba tiernamente a Violeta, que parecía refugiarse en el regazo de su madre.

            -No fue nada.

Me levanté pesadamente, lentamente regresamos por la camioneta y emprendimos el camino al departamento, pasamos por una farmacia para comprar algo de material para curaciones y también compramos hielos en una vinatería. Una vez en el departamento, me lave la cara y termine de sacar todos los coágulos que tenía, Violeta se ofreció a hacer las curaciones,  ya que sabía un poco de primeros auxilios, preparó bolsas con hielo para el ojo de Sonia y para las hinchazones de mi cara. Todo en silencio, tratábamos de descansar lo más que se pudiera de tan tensa situación

            -Jamás te había visto así-dijo Sonia al fin-Sorprende verte de esa manera.
            -Pero sirvió Sonia-comentó Violeta-No nos paso nada grave, por cómo estaba Misael, quizá me hubiera violado y a ti…

Calló las últimas palabras y las lagrimas empezaron a rodar por sus mejillas, Sonia la abrazó de nuevo y le dio un beso, ella sollozó más fuerte, con la mirada Sonia me pidió que las dejara a solas, salí del cuarto por un momento y pensé como sería la reestructuración, miraba por la ventana hacia la calle, el sabor de la sangre seguía fresco en mi boca, esta vez no estuvieron las lágrimas de Ingrid para detenerme. Después de un rato, salieron, y Sonia se acerco a mí, me dio un abrazo y dijo.

            -De nuevo, gracias, la protegiste-agregó al soltarme.
            -Pero fue mi culpa-objeté-Si no hubiera estado Aljeos.
            -Nada de eso-respondió Violeta-Se necesita ser más fuerte para vencerse a uno mismo.

Tenía razón, será necesaria más fuerza para poder afrontar la restructuración, casi a las cuatro de la madrugada nos dispusimos adormir. Ellas se quedaron en la cama y yo en una bolsa de dormir.

Creo que pronto todo llegará a su fin.