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Pero volvamos a la cita que tenían el día de hoy,
pues, aunque Noel todavía no le proponía que fuera su novia, la idea ya había
rondado sus pensamientos varias veces, solamente que nunca encontraba la manera
correcta de hacerlo.
-¿Para
qué es todo eso de las empresas?-Pregunta Julieta-Es que se me hace bien raro
todo eso.
-Pues
disque es para inculcar el espíritu emprendedor en todos nosotros –dice Noel
con falso entusiasmo-. Pero a mi parecer, hasta el momento ha sido un
desperdicio de tiempo y dinero.
-Pero
algo bueno ha de dejar ¿No? –pregunta y Noel le regresa una mirada sarcástica-.
¿Nada? Ja ja ja ja, entonces creo que sí, es una manera muy babosa de perder el
dinero.
-Psssseeee
–Dice Noel, mira su reloj y la voltea a ver-Oye, de verdad que me la estoy
pasando genial, pero me tengo que ir.
-¿Ya?
¿Tan rápido?-se extraña Julieta-¿Pues qué hora es?
-Las
5.
-¡¿Ósea
que llevamos 5 horas de vagos?!
-Eso
parece –sonríe Noel.
-Esta
bien jovencito-dice Julieta mordiendo la punta de su dedo índice-. Pero te
acompaño a tu depa y te dejaré en la terminal.
-Ja
ja ja-ríe Noel-Como gustes.
Caminan tomando rumbo hacía el departamento de
Noel, para llegar, toman un camión que los deja cerca, pero tienen que atravesar
un mercado que se había colocado en ese día, pasan por entre los puestos de
fruta y la gente, se separan para poder avanzar más rápido, se voltean a ver y
ríen, vuelven a juntarse poco antes de salir del mercado. Llegan al complejo de
edificios donde vive Noel, caminan hacia el edificio “V”, entran y se detienen
frente al apartamento 104.
-Bueno
ya llegamos –dice Noel atropelladamente-. ¡Nos vemos!
-Déjame
adivinar –Lo detiene Julieta con una
mirada acusadora-. Todo está desordenado ¿Verdad?
-Desordenado
es una palabra muy…
-¿Corta?
-El
lugar parece zona de guerra –dice pasándose una mano por la cabeza y cerrando un
ojo.
-Bueno,
pasa por tu maleta, yo te espero allá abajo.
Noel entró rápidamente a su departamento, en la
sala reinaba el caos, revistas y envolturas de chatarras sobre la mesa,
chamarras y suéteres en el sofá, en el
suelo había boronas de comida, latas de cerveza y botellas de refresco volcadas,
unos tenis se secaban colgados de la ventana, en la mesa había platos y vasos de
la cena del día anterior y las sillas tenían trapos.
El cuarto era un desastre total, la cama
completamente deshecha, con cinturones, playeras, calcetines colgando de la
cabecera. A un lado de la cama estaba un estéreo, con pilas de cd’s, películas,
revistas y algunas monedas. Bajo la cama había un revoltijo de zapatos, tenis y
botas, en una esquina estaba la maleta con la ropa sucia que Noel iba a lavar
llevando a casa de sus padres. De una patada levantó la tapa de la maleta, la
cerró y la sacó del cuarto, tomó un billete de manos de un Optimus Prime que
tenía cerca de la salida y bajó de tres en tres las escaleras.
-Listo-dijo
Noel sacudiéndose las manos-Vámonos.
-¡Vaya,
que rápido! ¿Seguro que no te falta nada?
-Yo
creo que no… Bueno, ordenar y eso, pero ya cuando regrese.
-Flojo
–le recriminó Julieta.
Salen del edificio y caminan por los jardines
que separan a la unidad de la avenida, cruzan el puente peatonal para llegar a
la parada de los camiones que acercan a Noel al metro para llegar a la terminal
de autobuses. Ya en la terminal, Noel se acerca a una panadería a comprar unas
donas para su viaje y en una tienda cercana compra unos cafés.
-Ahora
me toca invitar a mí.
-Gracias
Noel, oye ¿Nos podemos ver otro día?
-¡Claro!
–dijo-. Cuando quieras ¿Te late el jueves? Total, ese día tendremos medio día
de clases.
-Esta
bien –acordó Julieta-. Nos vemos en tu depa el jueves a la una. Espero que
ahora sea un lugar apto para chicas. Bye –Se despidió con un beso en la
mejilla.
-Hasta
luego –dice Noel y cuando Julieta se da la vuelta para regresar a la estación
del metro, ve como se pierde entre la multitud, se toca la mejilla, sonríe y se
dispone a abordar su autobús.