Bajaron cerca de una esquina del súper mercado, Julieta se acercó a la banqueta seguida de Noel, caminando un poco llegaron a una cerca metálica. Julieta sacó sus llaves y abrió la puerta que daba acceso a una unidad de edificios de departamentos muy juntos uno al otro, algunos tenían pequeño jardín enfrente o un perro que les ladraba desde un enrejado. Noel seguía de cerca a Julieta mirando por todas partes, tratando de adivinar cuál sería su casa. Doblaron a la derecha por una de las últimas calles, cerca de unos lujosos condominios, a Noel se le hizo un nudo en la garganta y sentía como el alma se le caía a los pies, pues pensaba que era posible que ella viviera en alguna de esas lujosas casas. Pero el miedo que sentía pronto desapareció cuando Julieta se detuvo cerca de una casa un poco más grande que las demás, con una sencilla barda de cemento y rejas negras. Por encima de la reja del patio crecía un limonero lleno de frutos y a su lado una bugambilia.
-Aquí es –Dijo Julieta dando la vuelta y levantando los brazos-. Hogar, dulce hogar.
-Ándale –comentó Noel dando un saltito para alcanzar una hoja el limonero-. Esta bonita tu casa.
-Pasa –lo invitó abriendo la puerta-. Creo que mi mamá todavía no llega y mi hermana no está.
Al abrir la puerta de la casa se encontraron en la sala, donde las paredes blancas lucían una foto de los padres de Julieta en día de su boda, en otra estaba toda la familia y había una foto de graduación de cada uno de sus hermanos. En un mueble de madera había un televisor y un dvd, bajo estos se encontraba un estéreo. En el centro se hallaba una mesita de cristal con una carpetita blanca bordada y un jarrón con flores. Más hacia a dentro se veía el comedor y la concina, por la izquierda, tras el mueble del televisor, estaban las escaleras.
-¿Tienes sed? –Preguntó Julieta- ¿Quieres un vaso de agua?
-Ah –respondió un poco apenado Noel- Si, porfa.
Julieta fue hasta la cocina y sirvió el vaso de agua, Noel le agradeció y vaciló entre sentarse en la sala o en el comedor, así que mejor optó por imitar lo que hiciera Julieta, quien se sentó en el sofá más grande de la sala.
-¿Quieres ver la tele? Porque yo sí –dijo mientras tomaba el control remoto y sintonizaba un canal de música- Mira, va empezando un video de Queen.
Empezaron a charlar largamente de diferentes bandas, Noel era quien particularmente hablaba más, pues de lo poco que se sabía que hacía era tocar la guitarra, rock, alternativa e independiente eran sus generos favoritos. Mencionaba desde grupos ya conocidos, como Oasis y Led Zepellin, hasta nombres de bandas a los que Julieta ponía una cara extrañada por los curiosos nombres que tenían, tales como The Morning Benders y PartyClub.
-Sabes mucho de bandas ¿Por qué no tienes una? Sería genial ir a verte tocar alguna vez.
-Bueno –contestó Noel agradeciendo el elogio- Hubo un tiempo que lo intenté, cuando empecé a estudiar aquí, pero fue terriblemente difícil encontrar a un bajista y un baterista decentes, al final preferí seguir tocando solo.
-Mmm, ya veo –dijo Julieta quitándose un mechón de cabello de la frente- Pero creo que mejor me pongo a hacer mi tarea, porque si no, luego no me da tiempo.
-Te ayudo, ¿Qué tan difícil puede ser?
-Ya verás.
Julieta sacó de su mochila una libreta verde con estampado de un águila y un libro grande y pesado. Abrió la libreta y pasó las hojas hasta encontrar la hoja donde tenía apuntada su tarea.
-Mencione que influencia tuvo el mestizaje y las castas en la idiosincrasia del México virreinal –recitó.
-¿Qué? –Exclamó Noel con una mueca- Eso sí suena complicado.
-Te dije –respondió ella con una sonrisita- No es tan sencillo. Además, ¿Tú no tienes tarea?
-Ah, yo rara vez la hago –dijo rascándose la punta de la nariz- Para eso existen los diez minutos antes de clase.
-¡Pero ya estás en la universidad! –lo reprende Julieta-No puede ser que todo lo hagas al último momento.
-Bueno –dice Noel recostándose en el sofá-¿Nunca conociste a nadie que pasara sus materias sin estudiar ni hacer el máximo esfuerzo?
-No –murmuró Julieta.
-Pues encantado de conocerte –responde él señalándose con un dedo de forma altanera.
-Ay ajá –se burla ella aventándole un cojín-. Ya mero has de llevar un buen promedio.
-Pues de momento y si no pasa nada fuera de lo común –contestó Noel reflexionando mientas atrapaba el cojín con una mano-. Me estaría escapando del examen profesional por una décima.
-No, no –sacude la cabeza Julieta y cruzando los brazos-. Esto no se puede quedar así.
Y se lanza hacia Noel empezando a hacerle cosquillas, quien se hace una bolita, cosa difícil por lo larguirucho del muchacho, él empieza a contraatacar, haciéndole cosquillas a Julieta en el estómago. Como consecuencia de esa batalla de cosquillas, Julieta queda sobre Noel, sus rostros están tan cerca, sus ojos son separados por escasos centímetros, sus alientos se mezclan y sus corazones laten apresuradamente. El escenario perfecto está colocado.
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