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sábado, 24 de marzo de 2012

Capítulo XIV Reunión Nocturna


Bajé de la camioneta y toqué el timbre, quién me abrió la puerta fue su hermano menor,  Iván.

            -Hola-saludé-Tiempo sin verte.
            -Algo-dijo-Pasa.

Habían ampliado su casa añadiéndole un tercer piso, un poco más de espacio en la cochera y hasta un pequeño jardín.

            -Han hecho algunas remodelaciones-comenté.
            -Pues sí-contestó-Por lo menos ahora cada quien tiene su cuarto, ya no hay que estarnos peleando por el espacio.
            -¿Ya no compartes el cuarto con Estela?-le pregunté.
            -No, ahora ella y Sonia tienen sus cuartos en el tercer piso, yo me quede con uno en el segundo.

Entramos a la casa. Ahí solo había cambiado la sala, pero las fotografías que colgaban de las paredes eran las mismas.

            -Todavía no ha llegado nadie-dijo-Eres el primero.
-Chale, siempre ha sido así-respondí-¿Y Sonia?
            -Se está bañando-respondió-No tiene mucho que regresó de su clase de danza.
            -Ah…bueno.

Nos sentamos y empezamos a ver televisión, algunos recuerdos me llegaron a la cabeza y, ahora, el efecto era un poco gracioso, mis recuerdos de esa casa, algunos muy personales, me causaban una especie de diversión, un extraño humor que no entendía pero me hacía reír, los besos y caricias, las frasecillas que uno dice cuando está enamorado, ahora me daban risa como chistes algo viejos y gastados. En ese momento entró a la casa su padre.

            -Hola Alberto-me saludó de mano-No sabía que estabas invitado.
            -Hola-dije-Le hablé a Sonia y ella fue la que me invitó.
            -Ah, ya veo-dijo-Oye, ella me platicó que tuviste un accidente ¿Qué fue lo  te paso?
            -Pues un tipo me quiso asaltar-inventé-Yo opuse resistencia, se desesperó y me lanzó los navajazos.
            -Entonces yo lo encontré casi cuando se estaba muriendo-interrumpió Sonia desde las escaleras.
            -Alberto-dijo su padre-Ten más cuidado en ese tipo de situaciones, no importa lo que se lleven, lo importante es cuidarse a uno mismo.
            -Si, tiene razón.

Sonó el timbre y salió a abrir su hermano, eran todos los demás invitados.

            -¿Vino él?-preguntó Rodrigo a Sonia-Tenía años sin verlo.
            -Estas algo…cambiado-dijo Lucía viéndome de arriba abajo.
            -No tuve tiempo de avisarles-dijo Sonia-Me habló entre semana y lo invité, pero si quieren se puede ir.
            -Qué se quede-dijo su prima, Eva-Veamos qué tal se porta en nuestra reunión Yaoísta, yurista y asociados.
            -¿Reunión Yaoísta, yurista y… asociados?-pregunté.
            -No te hagas Alberto-dijo Jorge-Eres un otaku, retirado, pero otaku al fin y al cabo.
            -Y como otaku debes saber del yaoi y del yuri-añadió Alexa, la amiga de Iván.
            -Mejor lo ponemos un poco al tanto-dijo Estela-¿No les parece?
            -Mejor-respondió Sonia-Vamos a la sala del tercer piso, ahí le podremos explicar en paz.

Subimos las escaleras al segundo piso y noté que lo que solía ser el antiguo cuarto de Sonia se había convertido en las escaleras al tercer piso, este tenía un pequeño bar, los cuartos de Sonia y Estela, y la sala, todos tomaron asiento y a mí me pusieron solo en un puff.

            -Bueno Alberto-dijo Eva-Cómo debes saber el yaoi es un género de la animación japonesa en la que se dan relaciones entre personajes masculinos.
            -Si, lo sé-respondí-Y el yuri es en el que se dan relaciones entre personajes femeninos.
            -Correcto-dijo Estela-Pero lo que no debes saber es que a las fanáticas del género yaoi se les conoce como fujoshi.
            -Ah…eso si es nuevo-contesté.
            -Bien-continuó Eva-En el yaoi hay varias subdivisiones, por así decirlo, está el lemon, que incluye escenas de sexo explicito y el lime, que también incluye sexo pero más suave.
            -Mejor déjenlo hasta ahí-intervino Sonia-Se va a terminar mareando.
            -¿Por qué me cuentan esto?-pregunté-¿Es un plan maligno para llevarme al mundo del yaoi?
            -No-respondió Sonia-Tan solo es para que estés al tanto de los pequeños cambios que han pasado por aquí.
            -Oh…ammm…correcto.

Pusieron la primera película en el reproductor y todos nos acomodamos para verla, algunos comían palomitas, otros papas fritas, pero el ambiente era bastante amigable, pese a que no me habían visto en años, reían de mis ocurrencias y me incluían en sus asuntos, no hubo ninguna reserva conmigo, era tratado como un igual entre ellos, cosa que me resultaba algo extraña, así que me mantuve  al margen, incluso un poco aislado y retraído.

            -Oye Sonia ya no hay palomitas ni papas para la otra película-dijo Lucía.
            -Ni refresco-añadió Rodrigo agitando las botellas vacías.
            -Iré por más-respondió-Alberto, vamos.
            -¿Eh?...Ah, si-dije.

Bajamos las escaleras y salimos de la casa.

            -Sube-le dije-Iremos en la camioneta.
            -Órale, traes carro-dijo-¿Es tuyo?
            -No-contesté-Me lo prestó mi papá.

Mientras manejaba hacía el centro comercial, nos topamos con algo de tráfico que hizo un poco lento el viaje.

            -Estas algo callado-dijo.
            -Si-respondí-Un poco.
            -¿Quién era el tipo con el que estabas afuera de mi clase?-me preguntó.
            -Ah, esteeeee-contesté nervioso-Ese es Alberto, el tipo que representa a la pasión.
            -Aich-se quejó-Y yo y mis compañeras pensando que sería un cazador de talentos.
            -Ja ja ja ja-reí-Oye ¿Desde cuándo vas a esa clase?
            -Un año-dijo-La tomé en un principio más que nada para hacer ejercicio, pero con el tiempo me empezó a gustar.
            -Ah, con que es por eso-comenté-Bueno, ¿Y Violeta?
            -En su casa-dijo-Al final nuestros padres terminaron comprendiendo la situación y aceptándola.
            -Entonces su utopía se hizo realidad.
            -Pues casi-dijo-Su madre a veces la castiga de maneras medio gandallas.
            -¿Cómo?
            -Pues una vez que se nos fueron las copas en una fiesta y llego medio tomada a su casa, su mamá la puso en una tina de agua fría con hielos…hasta que los hielos se derritieron.
            -Huy…que mala onda-dije-¿Lo del yaoi es una manía?
            -Más bien es una perversión-dijo-Todos tenemos perversiones ¿Cuál es la tuya?
            -Mmmm…Es más bien una fijación con el busto-dije algo apenado-Se llama basculocolpía, y una extraña habilidad naciente para adivinar la talla del busto de las chicas.
            -No sé por qué no me esperaba menos de ti-dijo-¿Y qué tan buena es tú “habilidad”?
            -Tú, por ejemplo-dije mientras la volteaba a ver-Eres como una 34 B, más o menos.
            -Ah, este…-dijo y se sonrojo un poco-Ajá.

Llegamos al centro comercial y estacioné la camioneta cerca de la entrada, bajamos a comprar una caja de palomitas para microondas, algunos paquetes de papas fritas y los refrescos, seguimos platicando un  poco de su “perversión” con el yaoi mientras esperábamos en la cola de la caja registradora. De regreso a la camioneta, Sonia quiso poner las bolsas en la parte trasera pero estorban las cajas de la batería.

            -¿Qué llevas en esas cajas?-me pregunto.
            -Mi vieja batería-respondí-La acabo de recuperar hoy.
            -Vaya-dijo-Qué suertudo.
            -Si, algo-dije mientras sacaba la camioneta del estacionamiento a la calle.
            -¿Qué diablos es lo que tienes?-dijo-Has estado algo distante en toda la primera película y te has estado apenando por cualquier cosa ¡vamos! Como si fuera gran cosa que hables de tus perversiones.
            -Es que siento que no merezco el trato que me dan-contesté-Es que pese a que asumí una solitaria existencia, me separé tanto de ustedes y no me preocupé ni un poco en mantener un contacto regular para saber cómo estaban, me han tratado de una manera muy fraternal y me incluyeron en su reunión.
            -Agh-se desesperó-Te das mucha importancia, eres nuestro amigo, jamás te excluiríamos o te dejaríamos de lado, el asumir esa solitaria existencia fue tú error y lo estas enmendando ¿no?
            -Eso estoy tratando-dije-Este…gracias.
            -No tienes que agradecerme-me dijo-Es para lo que están los amigos bobo. Además en tu solitaria existencia puedes dejar pasar a personas que tratan de entablar contacto contigo.

Entonces recordé lo que dijo Ingrid

            “-No querías y estoy segura de que no quieres entablar una relación seria, por el mismo miedo que tienes de lastimar y salir lastimado, no encaraste el problema y te engañaste diciéndote que no te afectaba en lo mínimo.”

            -Sabes-comencé a decir-Hay una chica, se llama Ingrid.
            -Bueno ese ya es un avance en alguien tan perdido como tú-comentó-¿Y qué tal?
            -Pues no me ha dicho nada-continué-De hecho la salvé de un ebrio que la estaba molestando.
            -Yo creo que con eso ya te habrás ganado su corazón.
            -Tal vez-dije-Ya hemos salido un par de veces.
            -Quizá debas cambiar tus métodos de noviazgo con ella-observó-No tanto beso, ni hartazgo ¿Eh lobito?
            -Ummm...OK.
            -Si quieres mete la camioneta a la cochera-dijo poco antes de llegar-Hay espacio de sobra.

Ya una vez la camioneta estuvo dentro de la cochera, bajamos las bolsas con las cosas.

Era bastante reconfortante saber que contaba con todos ellos para lo que fuera, no podría pedir mejores amigos, solo restaría volver a ponerme a practicar con la batería y reunir de nuevo a The Anonimus para tener a todos mis amigos de nuevo juntos.

1 comentarios:

Como siempre muy interesante, y todo eso de las perversidades me gustó jeje

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