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domingo, 23 de septiembre de 2012

Capítulo XX Los Quince Años, Parte 2


-Ensayos-

Tomando un poco de aire, Hugo empezó a tocar la trompeta para “Silence is talking” de Reverend and The makers, una canción nueva para la tocada en la fiesta, aparte, teníamos algunas rolas japonesas que Estela me había encargado, como nos iban a pagar, ellos las tocaban, pero no creo que se queden en el repertorio de la banda.

        -Chale, esto de tocar trompeta y cantar no es fácil-dijo Hugo-¡Y encima tocar el teclado!
        -Si, pero la rola esta buena-añadió Isaac-¿De dónde la sacaste Alberto?
        -Ah, pues como estaba viendo la tele en casa de Sonia, paso el grupo en un show nocturno y pues me latió-conté- Pero no creí que Hugo quisiera tocar la trompeta.
        -Pero como nos pagan…-comentó Oscar.
        -Y por cierto calvo-empezó Hugo-¿Cómo fue que Sonia termino así?
        -No sé a ciencia cierta, pero pues es su decisión y respeto eso.
        -Mientes-dijo Isaac-Por dentro te estás derrumbando por saber por qué y en intentar volver con ella.

Me quede callado, era cierto en una parte, yo quería saber por qué, que la llevo a eso, pero me di cuenta que el motor S2, el segundo intento de relación con ella, estaba volviendo a la vida, pero reprimí ese sentimiento y solo dije.

        -Bueno ya, vamos a seguirle porque este es el último ensayo.
        -Por mí no hay problema que te salgas por la tangente-me recriminó Isaac.

Seguimos tocando por un buen rato, se habían agregado varias canciones nuevas, y el repertorio para la fiesta era particularmente largo, sentíamos que debíamos durar en el escenario para que se justificara nuestro pago.

Marque cuatro tiempos y empezamos con una canción de Mew.

[…]

Ya eran las seis de la tarde cuando empezamos el último ensayo de la coreografía, como era un ensayo general, las chicas llevaban un abanico y nosotros un par de guantes blancos.

Empezamos.

Cuenta dos pasos y uno en falso, dos pasos y uno en falso, bien, ahora, ocho pasos hacía enfrente, vuelta a la derecha, marca tres pasos y da uno, repítelo diez veces, listo ahora de regreso, rayos, la mano de Sonia esta tibia, como antes, bueno, ya no te desconcentres, ¿en qué iba? ¡Así! Bueno, ahora armamos el túnel, bien, pasan las parejas por debajo, una, dos, tres, nos toca, pasamos y volvemos formar el túnel, ahora de regreso, ahora,  semicírculos y más pasos, listo, ahora los dos círculos: uno de chicos que rodea al de chicas, bien, queda enfrente Sonia, vaya su silueta a mejorado, bueno, ahora a girar en el sentido contrario de ellas, dando un paso cruzado de izquierda y derecha, listo, ahora al revés, bien. Parejas de nuevo, viene el vals y listo.

Salí de este trance cuando recibí una palmada de Sonia.

        -¡Ey!, ya acabamos, suelta mi mano.
        -¿Eh?-dije-Lo siento.
        -Estas como que ido-me contestó y me miro raro-¿No fumaste cosas en el ensayo con la banda?
        -No-contesté-Es solo unos detalles que ando pensado.
        -¿Es la chica de la que hablábamos el otro día?
        -Es otra cosa-continué y bajé la mirada-Es algo tonto, no debería estar pensándolo.
        -Ya, ya, no te pongas de mal viaje-añadió Sonia.

Después de que nos despedimos del resto, los hermanos de Sonia se iban directo a la casa, ella y yo todavía iríamos a dar un paseo por el parque.

Pese a que traté de no despertar sospechas por el S2, me comporte un poco extraño, olvidé por completo a Ingrid y me centré por completo en Sonia, en su cuerpo, en su plática, todo era ella, estaba embelesado.

        -Oye, mira, tienes lonjitas aquí-dijo mientras me tocaba la cadera-Ja ja ja ja, ya no estás tan seco como antes.
        -Bueno-contesté-Al menos, algunas reservas debo de tener ¿no?
        -¿Y por qué no haces nada?-añadió dando más toquecitos-Te dejas tocar muy fácil.
        -¿Para qué?, da igual, casi no es nada.
        -¡Ah!-exclamó-¡Fácilote!
        -No es eso-dije y, al voltear, rocé un poco su pecho-Bueno ya déjame ¿no?
        -¿Mmmmm?-se extrañó-Te pusiste raro.
        -¿Y Violeta?-dije de rápido para salir al paso con la conversación-Pensé que la invitarías.
        -Si lo hice-respondió-Pero estaba ocupada, tenía que ordenar su cuarto.
        -Ya veo-dije.

Ya estaba, que poco se necesito para “reactivar” el S2, pero tiene algo de diferencia, algo que antes no tenía, como si hubiera sido modificado, con un ansia de satisfacción carnal enorme. Seguimos platicando, yo solo la veía, todo era para alimentar a ese motor, a ese deseo.

[…]

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