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sábado, 19 de noviembre de 2011

Capítulo X Necesidad de saber -Parte I-



Ciudad de…Tres años atrás.

“Rayos, es tarde, después de esa estancia fuera casi no he visto a Sonia, diablos, también el doctor que se le ocurre operarme mañana, pero ¿Quién me manda a tener las piernas tan destrozadas?, ahora tengo que ganar algo de tiempo antes de que sea caso perdido, y luego esta noche tengo un ensayo con la banda, no, no, esto no se ve bien, tengo un mal presentimiento.”

Estos eran los pensamientos de un delgado muchacho de aspecto algo desgarbado y un poco ingenuo, que caminaba apurado por las calles de una ciudad, apretando un poco el paso al cruzar la calle se detiene ante un portón negro y toca el timbre, juguetea un poco con las plantas cercanas hasta que le abren.

            -Hola Alberto-le saludó una señora-¿Cómo estás?
            -Bien, gracias-respondió el muchacho-¿Esta Sonia?
            -Si, ahorita le hablo-dijo la señora-¡Sonia, hija, te busca Alberto!
           
Se asomó a la terraza una chica de aspecto desarreglado, un poco oscuro y completamente vestida de negro, la mitad de su largo cabello le cubría una parte del rostro, le saludo con una sonrisa y le hizo una seña para que subiera. El joven entró a la casa, subió de tres en tres los escalones, y tocó la puerta del cuarto de la chica.

            -Pasa-le contestaron del interior.

Abrió la puerta y se encontró a Sonia sentada en su cama leyendo, su mirada le dijo que cerrara la puerta y pusiera el seguro, era lo que él esperaba.

            -¿Qué hay?-le dijo.
            -Pueeeesssss-le respondió-Mucho, pero mal repartido.
            -Je je-rió-¿Cómo te fue en tu viaje?
            -Bien-dijo el muchacho-Mis abuelos están muy bien de salud, los primos andaban jodiendo, algunas compras, un paseo a Morelia…lo normal.
            -Ah-contestó la chica-Pues mis padres nos llevaron a mí y  mis hermanos a visitar una tía en la capital, pasamos los días en un hotel donde se escuchaban extraños gemidos a toda hora.
            -Eh, creo que esos gemidos eran de…
            -Si, ya lo sé.
            -Correcto-contestó el joven-¿Qué te parece si vamos por un café?
            -Si-dijo la muchacha-Andando.

Salieron a la calle y se tomaron de la mano, suceso que era extraño para el muchacho, por lo que la estrecho con fuerza y puso todo su empeño en grabar el momento en su memoria, caminaron juntos por la calle hasta llegar a el pequeño café que solían frecuentar.

            -Buenas tardes-los saludó el mesero que siempre los atendía-¿Dos cafés italianos?
            -Si, por favor-respondieron al mismo tiempo.

Se sentaron en la acogedora mesa cerca de la salida que solían ocupar, de inmediato les llevaron una canastita con galletas y les dispusieron el azúcar para los cafés.

            -Mañana me van a operar-dijo el joven.
            -¿Ah sí?-preguntó la chica-¿Para qué?
            -Pues al parecer el ortopedista quiere retirar el material que me puso en las rodillas hace dos años-contestó-Por ello no podré caminar en casi un mes.
            -¿Ósea que esta será la última vez que te vea en este mes?
            -Me temo que sí.

Por toda respuesta la muchacha se inclino hacia delante y le dio un pequeño beso.

            -Considéralo un pequeño adelanto de lo que viene.
            -¿Lo que viene?-se extraño el chico.
            -Pues-dijo-Tengo que darte lo que en este mes te daría.

El joven se ruborizó un poco y tomó un trago de su café, ya sabía lo que pasaría después de tomar esa tasa.

Tres horas más tarde. 8:30 pm.

Después de su “adelanto” del mes, el joven se dirigió a una bodega que rentaba junto con su banda, “The anonimus”, iba con media hora de retraso, y como era él el que tenía las llaves, sus compañeros estaban sentados afuera esperando a que llegara.

            -Pinche Alberto-le gritó el guitarrista-Ya tenemos media hora aquí sentados como weyes esperando a que llegaras.
            -Oh, perdón-dijo-Es que fui a ver a alguien.
            -Nada que, se me hace que fuiste a ver a Sonia mugre Calvo-dijo el vocalista y tecladista.
            -Ah…este…mmm…Nooo, ¿Cómo creen?-Dijo el chico mientras abría la puerta y todos entraban a la bodega. Era un lugar algo amplio, donde se encontraban las guitarras, bajos, micrófonos y teclados, en el fondo, pegada a una pared de la cual colgaba una manta con el logo de la banda, estaba la batería del joven, un set mediano de color negro, metales cromados y platillos de bronce al cual el chico tenía un gran aprecio.

            -¡Ay no mames!, si yo te vi pasar a eso de las tres y media con ella al café al que siempre van-comentó el bajista mientras tomaba un bajo de la fila-Y luego los vi regresar como a las cinco, ¿Qué diablos hiciste en esas tres horas?
            -Nada-dijo nervioso el chico-Me fui a dar una vuelta por el centro.
            -Eeeeeh, que se nos hace pinche wey-dijeron en coro sus compañeros.
            -Bueno ¿Qué?-respondió en muchacho-¿Vamos a ensayar o no?

La música de la banda era una mezcla de una voz clara, teclados melódicos, guitarras precisas y un poderoso bajeo, la percusión del joven era alegre y jovial, cosa que se transmitió a sus compañeros, tocaron un cover de los Beatles, después tocaron “Try To Stay & Say” una de sus composiciones, un poco de Keane, el grupo favorito del joven baterista, algo de AC/DC e improvisaron durante dos horas completas, dando un alegre ensayo de música alentadora y motivadora, el joven sólo pensaba en las últimas tres horas.

Un mes más tarde.

“Maldición, como duelen las cicatrices, ¿Por qué tiene que vivir en una calle tan empinada?, bueno al menos trataré recuperar algo del tiempo perdido después de ese mes confinado en mi cama en la casa de mis padres.”

Esto pensaba el joven mientras se dolía de sus rodillas en una esquina cercana a la casa de Sonia, su novia de cuatro meses, para él, ella era el eje central de su vida, la primera en “serio” como llegaba a decirlo. Por fin llego al portón negro y al tocar el timbre, de inmediato le abre Sonia y le da un fuerte abrazo.

            -¿Ya estas mejor?-dijo-¿Ya?
            -Hugh, espera-respondió el chico-Si ya estoy mejor, sino, no estaría aquí.
            -Mientes-le contestó-Te vi doliéndote de tus rodillas, aún estas un poco mal.
            -Tan solo quería verte.

Se aferró un poco más y emparejó su mejilla con la de él.

            -Picas-comentó.
            -Lo siento-dijo el joven-no me he rasurado en días.
            -Pues deberías-le ordeno en tono cómico.
            -Si señorita.

La escena del café se repetía.

Unas semanas más tarde.

            -Últimamente has venido muy seguido-dijo la chica sentada en la silla de su escritorio mientras leía “Crimen y castigo”.
            -Si-asintió enseguida el muchacho-¿Tiene algo de malo?
            -No nada-le respondió-Dime ¿cómo le dices algo a alguien que no capta las indirectas?
            -Ah, ¿Se lo dices a quema ropa?-titubeó el joven-¿Por qué? ¿Quién no capta?

Por toda respuesta la muchacha solo puso los ojos en blanco

Más tarde ese mismo día.

“Chale, he notado a Sonia algo distante, quizás sea… no, no puede ser.”

 Esto pensaba nuestro joven mientras tocaba “Maybe Not” otra de sus composiciones, su percusión denotaba algo de duda y sonaba insegura, cosa que sus compañeros notaron rápido, dejaron de tocar y el vocalista le pregunto:

            -Wey, como van las cosas con Sonia.
            -Pues-respondió-Van bien.
            -¿Así?-dijo el guitarrista-Tú batería no dice lo mismo.
            -Bueno-admitió el joven-Tenemos algunos problemillas, eso es todo.
            -Mira-le aconsejó el bajista-Si es que están por terminar, simplemente no te vayas a derrumbar como la vez pasada, nos costó un huevo y mitad del otro sacarte de ese agujero en el que te metiste y aún más trabajo costó que te repusieras lo suficiente como para animarte con ella, solo no hagas nada estúpido.
            -Ve a verla-le dijo el vocalista-Aquí estaremos.
            -Eso es, anda, habla con ella y resuelvan eso de una vez-dijo el guitarrista.

Veinticinco minutos después.

            -Hola-dijo al momento al que ella le abrió la puerta-Solo vine por unas letras y partituras que olvide.
            -Si, lo noté-le respondió y le dio una carpeta negra-Ten.
            -Ah, sí, eh, gracias-dudo el chico-Oye ¿Algo de lo que estoy haciendo te incomoda?, es que la banda sospecha que me quieres tronar, ja ja, tontos.
            -Pues ni tanto-le contesto-Si sigues así…

Se hizo un silencio incomodo, él la miraba algo asustado y entristecido, ella solo volteaba hacia otra parte.

            -Bueno-dijo por fin el joven-Pues vengo el jueves de la otra semana.
            -No creo que eso resuelva nada-dijo por lo bajo la chica.
            -¿Dijiste algo?
            -No-mintió-Nada.

El chico se dio la vuelta cuando sintió un tirón de la manga de su chamarra.

            -¿Qué pasa?-preguntó el joven.
            -Quiero terminar contigo-le dijo a quema ropa.
            -¿Qué?
            -Admitámoslo-dijo-Ya casi salimos del bachiller, tú te irás a… y yo me quedare aquí, además, no planeo casarme.
            -Si, pero ¿Por qué?-dijo con voz algo quebrada-Quiero saber.
            -No quieres.
            -Necesito saber.

La chica le dio un último abrazo y le dijo al oído.

            -No tienes necesidad de saber, es más tu necedad por saber.

Lo soltó lentamente y cerró la puerta, el chico se quito las lágrimas de los ojos y volvió a la bodega.

            -Ya me temía esto-dijo el guitarrista mientras le daba sus baquetas-Toma, ¡anda!, las penas con pan son buenas.
            -Esta bien-dijo con voz apagada-Qué más le queda a alguien a quien le han quitado toda esperanza.

Tomó sus baquetas y tocó un triste y lento solo, poco a poco se fueron integrando los demás miembros de “The Anonimus” a esa triste melodía.




Muy bien estamos llegando a la mitad de esta historia, me pregunto si la debería actualizar, por que me he topado con algunas partes que andan medio oxidadas o que simplemente ahora no significan tanto para mi, pero bueno, háganme saber si les gustaría o no, si quieren leer la historia desde su principio, pueden picarle aquí o verlo desde el archivo y leer todo lo que hay ¡¿Por que jijos no?! No olviden dejar un comentario, sea de blogger o facebook, aunque no se como ponerle el plug-in bien, pero bueeee... comenten!!

1 comentarios:

Yo digo que no actualices la historia, igual pulela nada mas pero no le cambies, sea como sea aunq ya no significa mucho para ti ahora, cuandolo escribiste lo significo, tons yo opino que asi la dejes o dale una pulidita pues. La vrdd me gusta tu estilo es como q similar a J.E. Pacheco usando lenguaje coloquial y muy directo.

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